¿Qué consideraciones deben tener los administradores de flotas sobre la carga de vehículos eléctricos?

Desde la infraestructura necesaria hasta la logística y mantenimiento, te contamos todo lo que tenés que saber para gestionar esta transición verde.

La transición hacia flotas de vehículos eléctricos (EVs) está en pleno auge, y si bien aún hay pros y contras de la adopción de vehículos híbridos y eléctricos muy debatidos en Argentina, con esta transformación vienen nuevos desafíos para los administradores de flotas. La gestión de la carga de estos vehículos es una consideración crítica para asegurar una operación eficiente y sostenible. Aquí, exploramos los aspectos clave que deben tener en cuenta los responsables de flotas para optimizar la carga de vehículos eléctricos, desde la infraestructura necesaria hasta las estrategias logísticas.

En Argentina, como en muchos otros países, existen tres niveles de carga para vehículos eléctricos, cada uno con características y aplicaciones específicas:

  1. Nivel 1: Utiliza un tomacorriente doméstico de 120 voltios. Este método es el más lento, ideal para vehículos eléctricos híbridos enchufables (PHEV) debido a sus baterías más pequeñas. La carga de Nivel 1 es accesible y fácil de implementar, pero no es adecuada para flotas grandes debido a su lenta velocidad de carga.
  2. Nivel 2: Funciona entre 208 y 240 voltios y es aproximadamente 10 veces más rápido que el Nivel 1. Es el nivel de carga más común, utilizado tanto en hogares como en instalaciones comerciales. Requiere la instalación de equipos específicos, lo que implica un costo adicional, pero es mucho más eficiente para vehículos eléctricos con baterías más grandes.
  3. Nivel 3: Conocido como carga rápida de corriente continua (CC), es el método más rápido disponible. Utiliza corriente continua en lugar de corriente alterna (CA) y es esencial para mantener operativas las flotas grandes. Este tipo de carga permite que las baterías alcancen niveles óptimos del 20% al 80% en un corto periodo, crucial para vehículos en constante uso.

Para los administradores de flotas, asegurar que los puntos de carga estén bien equipados y sean suficientes es vital. Aquí hay algunas razones:

  • • Capacidad de Carga: No todos los lugares de almacenamiento de flotas están preparados para manejar grandes volúmenes de vehículos eléctricos. Invertir en infraestructuras adecuadas de Nivel 2 y Nivel 3 es esencial para mantener la operatividad.
  • • Mantenimiento de baterías: Mantener las baterías dentro del rango óptimo de carga del 20% al 80% prolonga su vida útil y mejora el rendimiento del vehículo.
  • • Flexibilidad y Escalabilidad: A medida que crece la flota, la infraestructura debe ser capaz de escalar. Esto implica prever no solo la cantidad de cargadores, sino también su capacidad y ubicaciones estratégicas.

La electrificación de las flotas introduce nuevas variables logísticas que antes no se consideraban. Aquí algunos puntos cruciales:

  • • Planificación de rutas: Con vehículos eléctricos, la planificación de rutas debe considerar la ubicación de estaciones de carga y el tiempo necesario para la carga. Esto puede requerir la integración de software de gestión de flotas que optimice rutas en función de la disponibilidad de cargadores.
  • • Seguridad en el manejo de baterías: Hemos hablado de este tema en otro artículo, porque es un punto clave. El contacto directo con baterías de iones de litio de alto voltaje puede suponer riesgos importantes, entre ellos la corriente continua (CC), que puede provocar un paro cardíaco. Las baterías de vehículos eléctricos dañadas o mal manipuladas también pueden provocar quemaduras, y pueden producirse arcos eléctricos durante el mantenimiento o el mal funcionamiento de la batería, lo que provoca arcos eléctricos o explosiones. Será una tarea importantísima del gestor de flota asegurarse de que tanto el taller como los espacios de carga cumplan con las normativas de seguridad requeridas.
  • • Gestión de costos: A pesar de los beneficios a largo plazo, los vehículos eléctricos pueden implicar costos iniciales elevados. Sin embargo, con una gestión adecuada, es posible mantener los costos operativos bajos, especialmente mediante la optimización de la carga y el mantenimiento.

La transición a flotas de vehículos eléctricos presenta una serie de desafíos y oportunidades para los administradores de flotas. La comprensión de los diferentes niveles de carga, la inversión en infraestructura adecuada y la planificación logística son fundamentales para una gestión exitosa. A pesar de los costos iniciales y las complejidades operativas, los beneficios a largo plazo de una flota eléctrica eficiente y sostenible son innegables. Con una estrategia bien diseñada, las empresas pueden no solo reducir su huella de carbono, sino también optimizar costos y mejorar su eficiencia operativa. El futuro de la movilidad está aquí, y la preparación adecuada es clave para aprovechar al máximo esta transformación.

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