Aquellas flotas que sufren un interminable ciclo de entradas de vehículos al taller por desperfectos y reparaciones, sin dudas deben poner en la mira el mantenimiento de sus vehículos. En estos casos, el gestor de flotas deberá hacer una evaluación de procesos para identificar signos de tendencias reactivas y adoptar un enfoque más proactivo hacia el mantenimiento.
Pero, ¿cuáles son los indicadores que nos dan cuenta de una gestión de mantenimiento poco proactiva? Te mencionamos cuatro que, a nuestro entender, son los principales impulsores del mantenimiento reactivo:
- Frecuentes desperfectos en las unidades: Una flota que prioriza la acción proactiva se enfoca en detectar problemas mecánicos antes de que se conviertan en incidentes. Si tus vehículos necesitan constantemente ingresar al taller para reparaciones, es probable que se estén pasando por alto señales que podrían haber evitado estas averías.
- Problemas recurrentes en los vehículos: Si tus unidades enfrentan los mismos problemas una y otra vez, es probable que se esté abordando solo una parte de la causa raíz. Resolver completamente los problemas la primera vez es fundamental para evitar futuras visitas al taller por el mismo tema.
- Tiempo de inactividad prolongado: Nada es más inconveniente que programar un vehículo para un trabajo y tener que retirarlo inesperadamente debido a problemas mecánicos. Si los mecánicos tardan mucho en diagnosticar y reparar un vehículo, es probable que falte información clave de mantenimiento.
- Mantenimiento de urgencia: El mantenimiento debería ser una rutina, no algo imprevisto. Las flotas proactivas programan el mantenimiento de manera que las reparaciones de emergencia sean mínimas. Sin embargo, en flotas reactivas, cualquier contratiempo puede desequilibrar la operación.
¿Cómo revertir una gestión de mantenimiento reactivo? En nuestra experiencia, te recomendamos seguir estos pasos clave:
- Inspecciones constantes de las unidades: Solicitar a los conductores de unidades operativas realizar informes de inspección de vehículos periódicos, antes y después de los viajes. Estos informes permitirán identificar problemas potenciales y evitar paradas no programadas.
- Programa de mantenimiento preventivo: Establecer y hacer cumplir un programa de mantenimiento preventivo basado en los plazos recomendados por el fabricante de cada marca es la clave de una gestión proactiva.
- Registro histórico de reparaciones y su impacto en el presupuesto: Mantener un registro constante de los servicios y sus costos es clave para tomar decisiones respecto de cada vehículo.
- Indicadores clave de rendimiento: Establezca KPI de mantenimiento para medir el éxito en el taller, incluyendo tasas de reparación, eficiencia de técnicos y finalización de órdenes de trabajo. Estos indicadores le ayudarán a reducir el tiempo de inactividad constantemente.
Al tomar medidas proactivas, las flotas pueden transformar su enfoque de mantenimiento y reducir significativamente las interrupciones no planificadas, mejorando la eficiencia y reduciendo los costos operativos.